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Una propuesta a los torrijistas

Estimado Compañero Coordinador de la Coordinadora Nacional por el Rescate Torrijista del PRD:

Con el respeto debido y la humildad que debe caracterizarnos en procura de acuerdos Políticos amplios y mejores derroteros para nuestro país y el PRD, me permito hacer la sugerencia que paso a detallar a continuación:

La CNRT surge como reflejo de las circunstancias ya debatidas que resultaron de la “derrota” (sin parangón) del PRD, a nivel de la elección para la Presidencia de la República, en mayo de 2014.

Aunque sus causas son plurales y sus efectos “desmoralizadores”, se tuvo la virtud de llegar a un consenso entre diversos grupos, dirigentes históricos y corrientes, que se expresó en un COMUNICADO al PRD y a la Nación, que todavía tiene vigencia, en varias de sus partes sustantivas, por lo que debe ser retomado, enriquecido y actualizado, como base para reconstruir acuerdos con otros partiendo de lo que en su momento se aprobó y en los cuales muchos de los que luego se separaron u optaron por “legitimar” al CEN de ese momento, firmaron (fue su derecho y su opción, que aunque respetamos, NO compartimos).

Hoy se nos da un nuevo contexto político a lo interno del Partido, con la convocatoria al X Congreso Nacional Ordinario, que aunque muy e inoportunamente postergado, tiene fecha de realización: OCTUBRE DE 2016.

Esto implica definir con precisión nuestros OBJETIVOS y la ESTRATEGIA  para lograrlos, con claridad en los momentos, trayectoria y tácticas (en la CNRT hemos avanzado al respecto).

Hecha esta introducción, conceptuamos que debemos aprender de nuestros errores y mirando hacia el futuro, no confundir lo estratégico con lo táctico. Claros en esta diferenciación, entonces es preciso internalizar que si hacemos las cosas como lo hemos hecho hasta ahora, con los métodos verticales y rígidos del siglo pasado y reglas del “juego social” en un sistema que propicia el clientelismo y la preminencia de intereses económicos y de parte, por sobre los intereses colectivos y el bien público, obtendremos los mismos resultados que nos han traído hasta donde nos encontramos hoy. Lo digo claramente: el SISTEMA está caduco (¡¡!!)  la sociedad desestructurada (¡¡!!)  y el PRD también es reflejo de ello.

Resolver estas contradicciones demanda mucha reflexión, análisis crítico (no autoflagelación), filosofía, paciencia y prospectiva (pensar para ver más allá de los caminos conocidos, más allá de la curva). Mientras tanto, todo comienza con el primer paso, aunque sea pequeño, pero, como decía Torrijos, “más valen pocos centímetros en la correcta dirección, que muchos metros en la dirección equivocada”.

De cara al X Congreso del PRD, propongo específicamente en esta fase:

  1. Replantear con los ajustes necesarios el COMUNICADO ORIGINAL DE LA CNRT.
  2. Sobre esa base inicial, hacer los esfuerzos para reconducir a las diversas corrientes a re-integrarse a la CNRT.
  3. Construir con ellos un AMPLIO ACUERDO POLÍTICO.
  4. Cumplida esa etapa, presentar a la membresía del PRD los elementos conceptuales, ideológicos, programáticos y prácticos, aglutinadores, las adhesiones y los métodos (ideología con ciencia y técnica) para incidir en la realidad que nos agobia y transformarla en la correcta dirección, que ha de ser distinta a la actual.
  5. Sin repetir los esquemas superados que nos llevaron al nefasto desenlace en el IX (noveno) Congreso de agosto de 2012, respetando la identidad y autonomía de cada grupo, dirigente histórico o corriente que logremos aglutinar en este esfuerzo, definir acciones territoriales, comunicacionales, “virtuales” y mediáticas, comunes en la dirección de la ESTRATEGIA definida.
  6. Si se lograran separar los temas electorales (coyunturales) y las ambiciones personales (individuales y “mesiánicas”), de los fundamentales y permanentes temas Políticos y estratégicos (Capacidad de gobierno; proyecto político; conducción de la colectividad; el país que queremos; lo ideológico; reforma y rediseño del sistema y las prácticas, valores y principios, centralidad de lo social; etc.), podríamos alejarnos de la incidencia sectaria de los intereses de parte en el esfuerzo por rescatar y reposicionar al ideario Torrijista y a la doctrina Socialdemócrata a lo interno del PRD. Incluso podríamos llegar más allá, y construirle viabilidad a la posibilidad de materializar un amplio acuerdo con una propuesta de CEN de consenso o representativo que sea validado por el X Congreso, evitando el desangramiento “electorero” y fratricida interno. Lo que demanda de todos, una alta dosis de DESPRENDIMIENTO.
  7. Propondría además ir redactando entre todos los grupos de la CNRT ampliada, una propuesta de DECLARACIÓN del X Congreso, debatida a profundidad, que parta de los contenidos válidos y que fuesen vigentes, de la Declaración del IX Congreso, la cual NO se cumplió y que recogió en su momento temas ideológicos y programáticos coherentes (salvo uno que otro aspecto menor superable).

Así planteada a la Coordinación estas consideraciones puntuales, propondría identificar las distintas corrientes vigentes reales en el PRD, con posibles afinidades con las nuestras, y convocar a sus dirigentes a una reunión, con una agenda predeterminada amplia y sin pre-juicios.

Recuerdo así a primera vista: El Grupo Refundación; el Cívico Electoral; la VT antigua Tendencia; “los seis de la AN”,  el de Brands, entre otros.

Para esta tarea, sugiero se integre una comisión de la CNRT, para que desarrolle este plan, integrada por el Coordinador, el sub-coordinador y tres (3) miembros delegados por los grupos actuales de la CNRT.

Quedo a la disposición para lo que estimen pertinente.

Benjamín Colamarco Patiño

FUERZA DE TAREA INSTITUCIONALISTA T-XXI (FTI T-XXI)

Panamá, 01 de agosto de 2015

La Torre de Babel

Nuestros límites están dados por nuestro lenguaje y ese es el confín de nuestro universo. Si consideramos el pensamiento como una representación de la realidad, entonces, la realidad es aquello que se puede describir con el lenguaje. Dicho en otras palabras, el pensamiento es la proposición con sentido (proposición entendida como oración gramatical). Así, si algo es pensable, ha de poder recogerse en una proposición, y esta tiene sentido, cuando describe un estado de cosas posible.

El uso correcto de una palabra o proposición, estará determinado por el contexto al cual pertenezca, que siempre será un reflejo de la forma de vida de los que hablan o escriben. Algunos filólogos le dan el nombre de “juego de lenguaje” a dicho contexto. De esto podemos colegir que lo absurdo de una proposición radicará  en usarla fuera del “juego de lenguaje” que le es propio.

La lógica es el andamiaje o la estructura sobre la cual se levanta nuestro lenguaje descriptivo y nuestro mundo, que es aquello que nuestro lenguaje o nuestra ciencia describe.

Hay una lógica para el escrutinio del lenguaje, sin embargo, no se trata de buscar las estructuras lógicas del lenguaje, sino de estudiar cómo se comportan los usuarios de un lenguaje, cómo aprendemos a hablar y para qué nos sirve.

Lo que pensamos y lo que queremos describir, sólo se expresa de manera directa a través del lenguaje. Una conversación permite intercambiar ideas, activar acciones, etc., y si se extiende a otros, se van estableciendo redes de conversaciones que causan efectos directos, prácticos o no.

La conformación de equipos humanos para el logro de objetivos comunes o para la materialización de un proyecto determinado, del tipo que sea, requiere integrar muchos elementos, pero sobre todo precisa un lenguaje común en el sentido más amplio de su acepción. Para discutir acerca de la dirección o rumbo, es necesario conocer el vocabulario que precisa el punto de partida general. Así, lo primero que hay que establecer es un lenguaje compartido, que permita comprender y explicar los conceptos e ideas que identifican, precisan y le dan sentido a un proyecto.

Si por PARADIGMA entendemos un modelo mental que todo el colectivo de actores que conforman un sistema asume, comprende y entiende, su aplicación dependerá del lenguaje y contexto en el que se expresa y en la capacidad de los hablantes de procesar y entender su alcance.

Con esta misma lógica, si entendemos la POLÍTICA como actor principal de la transformación social, y el gobernar la capacidad de procesar tecnopolíticamente PROBLEMAS con una lógica en la dirección de la transformación planteada en el PROYECTO POLÍTICO, es obvio que se requerirá de la integración de EQUIPOS de gobierno, con formación transdisciplinaria, capacidad, LENGUAJE y vocabulario COMÚN.

Carlos Matus, desarrolló lo que denominó “La TEORÍA DEL JUEGO SOCIAL”, que, entre otras conceptualizaciones y cambios de paradigma, comprende proveer de un lenguaje común para la toma de decisiones en la acción de gobierno.

Conceptos como: CAPACIDAD DE GOBIERNO; GOBERNABILIDAD DEL SISTEMA; PROBLEMA; ESCENARIO; ACTORES; APUESTA; RESULTADO, etc., comunes en el vocabulario “matusiano”,  adquieren toda una significación referida a la teoría para la acción que lo sustenta.

Así las cosas, desde esta perspectiva, se tendrán éxitos en la conformación de equipos políticos, en la medida en que sus integrantes estén animados por el mismo espíritu, tengan claridad ideológica y comprendan el alcance y envergadura del PROYECTO, entendido como la propuesta de medios y objetivos que posibilita un cambio hacia la situación esperada.

El lenguaje y vocabulario que define, distingue y le da sentido al proyecto político, demanda de los actores políticos y sociales, formación y entrenamiento para homologar, procesar y asimilar su significado (Juego de Lenguaje), en la ejecución de las políticas que se derivan para su materialización en el tiempo, es decir, la correspondencia entre el sentido de lo representado en una proposición que precisa el contenido del proyecto y los hechos que lo posibilitan.

 

Benjamín Colamarco Patiño

Del Partido de Ideales al Pragmatismo Fenicio

Al calor del Proceso Revolucionario, con el liderazgo de Omar Torrijos, promotor de amplias alianzas y gestor de transformaciones políticas, sociales, culturales y económicas, en 1979 se funda el PRD, como organismo político nacional, comprometido con la preservación y profundización de las conquistas sociales y sobre la soberanía nacional que se han logrado en Panamá.

Pero, paulatinamente, durante los últimos años, el PRD ha ido transformándose en un organismo pragmático – clientelista y gradualmente se ha desideologizado.

Los resultados de las elecciones del 4 de mayo pasado  nos indican la necesidad volver a un cauce que nos permita recuperar nuestros ideales y establecer una efectiva conexión con la sociedad y los electores.

Muchas pueden ser las razones de la derrota.  No pretendemos detallar todas las causas ni todos los efectos de lo ocurrido, pero sí un compendio de situaciones que nos puedan servir para un análisis más preciso de la realidad.

Los problemas de la campaña y el Partido:

  • Incapacidad para crearle viabilidad política a alianzas partidarias sólidas y bien estructuradas.
  • Debilidades en la capacidad de procesamiento y análisis estratégico (de valor) de la información y los datos.
  • Inexistencia de un sistema “sensor” (como los aparatos detectores de humo en los edificios) que pudiera advertir posibles contingencias a una SALA DE SITUACIONES (que no se estructuró).
  • La Campaña tuvo dificultades para lograr definir y estructurar decisiones estratégicas y tácticas. Nunca se hicieron análisis tecno-socio-políticos de los escenarios; peso de los actores, entorno, problemas relevantes, acumulaciones, flujos, datos medibles, etc.
  • El Jefe de Campaña, falto de experiencia, pasó problemas para implementar y dar seguimiento a las decisiones. Se respiró durante toda la campaña un ambiente de improvisación.
  • No hubo un equipo analítico que recomendara las posturas sobre temas críticos como Partido.
  • Los asesores internacionales desempeñaron un papel confuso, divorciados de la realidad y del contexto panameño, y además intervinieron en temas operativos, descartando los equipos nacionales.  No entendieron la necesidad de crear a tiempo una plataforma informática sólida, funcional, abierta, descentralizada y segura, que sostuviera el sistema de información, una BASE ÚNICA DE DATOS y la construcción del PADRÓN DE MOVILIZACIÓN, sistémico, geográficamente referenciado (parcelas geográficas), vinculado a los centros de votación.
  • No se activaron integralmente las estructuras del Partido ni sus cuadros dirigentes institucionales e históricos, ni fueron incorporadas en tareas específicas dentro del plan general de campaña, tanto a nivel territorial (geográfico) ni local, ni nacional.
  • La gestión estratégica de campaña nunca logró que funcionara un soporte técnico político organizativo que articulara y coordinara el desarrollo de las acciones y les diera asistencia para poder lograr que aumentara el sustento o la adhesión a los 3 ejes, ángulos o vértices que constituyen el triángulo de las adhesiones: a) el candidato; b) la base ideológica y de tradición que sostiene el partido y c) el programa de Gobierno que se le presentaba a la Sociedad (Plan de Todos).
  • Nos quedamos cortos al considerar los procesos mentales, los límites cognitivos y las expectativas reales de los votantes.
  • La organización del PRD se percibió débil y fraccionada. No hubo buena comunicación entre las estructuras de campaña, las del partido y las del territorio.
  • Nunca se resolvió realmente ni el sectarismo ni cierta “arrogancia” excluyente a lo interno de los grupos en el Partido (“Ola azul vs. los otros”). Tampoco se logró integrar totalmente los diversos grupos o corrientes internas.  Con cierta regularidad se desdeñaron la experiencia y las acumulaciones de altas personalidades del PRD.
  • En el “juego social”, los adversarios nos mantuvieron siguiendo las jugadas que ellos ponían sobre la mesa. Nosotros apenas reaccionamos tratando de neutralizar las jugadas del adversario, sin planificar conforme a nuestra estrategia, para anular la jugada del adversario y ejecutar nuestra propia jugada sobre la mesa.
  • No hicimos mucho para descalificar, neutralizar y opacar la campaña de J.D. Arias (Mimito, CD), quien se autodefinió por algo que no es. Por otro lado, descuidamos el seguimiento de las acciones de Varela y su alianza. Varela logró venderse como un candidato más genuino y comprometido.
  • Nuestra personalidad institucional e identidad partidaria se fue desdibujando, hecho que, entre otros, nos ha conducido a transitar desde Partido Político con propósitos, valores, ideología y doctrina claramente definidos (Torrijismo, Socialdemocracia, ubicados en el Centroizquierda democrático), hacia lo que yo llamo “club electoral” ultra pragmático, desideologizado, enfocado en lo táctico electoral y no en construir, desde la base, la idea de nuestra capacidad de gobierno para gestionar el cambio social, identificar y procesar problemas relevantes, intervenir en la realidad y transformarla en la dirección de nuestros principios y objetivos programáticos.
  • No se logró revitalizar nuestra alianza histórica con los dirigentes del CONATO, con quienes nos vincula una historia que se fortaleció desde 1973 (cuyas bases surgen con el Código de Trabajo aprobado por el Gobierno Revolucionario en 1972) y con los compromisos surgidos del Primer Encuentro Obrero de 1978, en presencia de Omar Torrijos. Su incorporación como núcleos de adhesiones y de movilización, como actores coadyuvantes en la construcción de una alternativa creíble y socialmente amplia y justa, fue desdeñada por la Jefatura de Campaña.
  • Se quedó corta la construcción de alianzas con otros grupos de la sociedad y con otros organismos políticos independientes debido  a la falta de canales de comunicación directos y funcionales con la dirección de Campaña y por la falta de incentivos de participación en la definición de contenidos adecuados para sumar adhesiones a nuestra propuesta.
  • Los voceros designados de campaña, parecían desarticulados y en muchas ocasiones dieron la impresión de estar improvisando, faltos de entrenamiento, base política y guía.
  • Nuestro Candidato a la Presidencia, no logró reflejar claramente los valores que la sociedad demanda.  Se percibió cierta falta de contundencia y determinación en el discurso. La expresión corporal de nuestro candidato, generó desconfianza en algunos estratos de electores. Las opciones y las PROPUESTAS que se plantearon, fueron muy diluidas e imprecisas.
  • Las comunicaciones, “cuñas” publicitarias y la propaganda, fueron una debilidad durante toda la campaña.
  • No se logró que las estructuras de campaña, de circuito y de corregimiento se integraran totalmente.  Aunque se definieron los organigramas para cada instancia, no se logró constituir equipos de trabajo funcionales, con el agravante de que no se invitó, ni se les entregaron tareas específicas ni a los Directores, ni a los Delegados nacionales del Partido, ni a las personalidades del Torrijismo, presentes en las áreas.
  • No se logró controlar las fuentes de FRICCIÓN internas durante la Campaña, ni en el CEN.
  • Perdimos la conexión con los electores.

 

Pero hubo elementos sustantivos que afectaron “mortalmente” la campaña, a saber:

  1. Un manejo inadecuado de la reunión “casual” en las oficinas de Mello Alemán, en la que se encontraron JCN y RM. Ese manejo inapropiado, generó altos niveles de desconfianza respecto de nuestro candidato en el electorado identificado con la oposición.
  2. Las contradicciones a lo interno del CEN y en algunas instancias y corrientes del Partido generaron la percepción de división  interna y sectarismo, que nunca fue subsanada.
  3. El enfrentamiento directo contra RM, para posicionar a JCN como líder de la oposición democrática, se quedó corto por faltarle consistencia y el complemento de planteamientos con contenidos diferenciadores y propuestas alternativas directas, bien estructuradas en un discurso positivo, firme y claro, con esperanzas de futuro que se “conectaran” con la gente.
  4. El manejo del “caso” Messina – Pineda, la situación en San Miguelito, en vez de lograr distanciarnos, metió al Partido y a la Campaña en una vorágine que afectó sumamente a nuestra imagen.
  5. El proceder en la Asamblea de algunos miembros de la bancada PRD, en diversos temas de interés nacional impulsando leyes impopulares propuestas por el gobierno (verbigracia las impuestas reformas electorales) las cuales afectaban a los ciudadanos. Más que opositores, algunos parecían diputados oficialistas. De hecho, muchos catalogaban la forma de hacer oposición del PRD (CEN, y diputados) “demasiado cariñosa” por no decir nula.
  6. Nunca pudimos quitarnos de encima la “sospecha” de que había “tratos” con Martinelli lo que consciente o inconscientemente se relacionaba con la reunión en las oficinas de Mello Alemán.
  7. La campaña del Panameñismo, logró colocar bastante bien que el “circulo 0” de RM, era el mismo, con los mismos intereses que el de JCN.
  8. Todas estas divisiones y ambigüedades mandaban mensajes confusos a los votantes, más los errores de la campaña en cuanto a  que un día hablaban de “paila llena”, otro de cadena perpetua y cárcel para los menores (temas, estos últimos, que riñen con nuestros principios), después cambiaban de “slogan” sin decidirse por un norte claro en que enfocarse, dieron al traste con las aspiraciones presidenciales del PRD.
    Además, durante los debates nuestro candidato Navarro hablaba en modo de cuña, es decir, le preguntaban sobre algún tema y respondía apelando a las emociones de los votantes como si se tratara de una cuña, con “consignas” y demás máximas “ensayadas” en lugar de exponer sus propuestas de manera natural, menos teatral, con más fondo y más creíble.Como ejemplo de esta situación, podemos referir nuestra posición en el Debate de la Cámara de Comercio, que fue errática y a veces anecdótica, confrontativa, histriónica, superficial y alejada de las expectativas y las esperanzas de los televidentes y los radioescuchas.
  9. El abandono de las banderas del Torrijismo, el alejamiento de nuestros símbolos y compromisos históricos, la falta de fe en nuestros cuadros, sustituidos por personas sin experiencia, “novatos” en política y ajenos a los postulados del PRD, también nos afectaron. No permitieron el necesario balance o equilibrio entre experiencia y juventud.
  10. El PRD, en estas circunstancias, abandonó la posibilidad de construir una alternativa política con un fundamento ideológico Torrijista, Socialdemócrata, amplio y de avanzada. La campaña prefirió el pragmatismo político, apostando por los recursos, para mantener la maquinaria electoral en movimiento, pero no pudo liderar un proyecto político creíble, renovador y progresista.
  11. La Campaña y el CEN no lograron o no quisieron responder de manera contundente al discurso y a la propaganda de los adversarios de que en “40 años no se hizo nada”. Frente a esta crítica, la dirección del PRD y nuestro candidato se mostraron incapaces de asumir una defensa de la historia del Partido y de las realizaciones de nuestros gobiernos, lo que los propios dirigentes de la Campaña vieron como una fuente de “problemas” más que como un crédito que debe enaltecer. Esto quedó muy claro en la publicidad y las banderas en que resaltaba el color azul y el nombre Navarro, sobre el tricolor, el 11  y el PRD.
  12. Nuestro Candidato, el Jefe de Campaña y el CEN, nunca reflejaron la consistencia de una fuerza moral tan necesaria en esta campaña.

Panamá, 18 de mayo de 2014