Reflexión

Panamá: datos, no percepciones

Es cierto que Panamá es un país con desigualdades (el Presidente Cortizo habla de los «cinco Panamá», por eso estructuró por Ley y con programas la estrategia social COLMENA), pero también es el país que más ha crecido en la región (7.3% en 2023), el que tiene la menor pobreza (12.9 según datos del BM),  el que tiene la inflación más baja (1.5), el que logró recuperar el empleo a los niveles de antes de la PANDEMIA (7%) alcanzando en octubre de 2023: 1,938,997 panameños ocupados; el que ha fortalecido con una POLÍTICA AGROALIMENTARIA DE ESTADO al sector agropecuario y rural, el que ha protegido la producción nacional, el que pese a las inéditas perturbaciones de la PANDEMIA y de la guerra, ha recuperado obras como LA CIUDAD DE LA SALUD, HOSPITAL AMADOR GUERRERO, HOSPITAL DEL NIÑO, HOSPITAL DE BARÚ, HOSPITAL DE ALMIRANTE, HOSPITAL DE AGUADULCE, LA CIUDAD DE LAS ARTES; el IENDI, EL ESTADIO JUAN DEMÓSTENES AROSEMENA, EL ESTADIO ROMMEL FERNÁNDEZ, etc., etc..

El Gobierno que se preocupó por SALVAR MILES DE VIDAS, el que ha suministrado hasta la fecha, de manera gratuita y bien organizada 8,938,838 dosis de las mejores vacunas contra el COVID19; el que ha sido solidario con el pueblo con programas sociales como PANAMÁ SOLIDARIO que en las condiciones más difíciles de la Pandemia entregó millones de bolsas solidarias de alimentos, vales digitales en las cédulas y productos cárnicos nacionales, en los peores momentos a 1.7 millones de personas en condición de vulnerabilidad socioeconómica durante la calamidad del covid19; el que por causa de la guerra y su impacto en los precios del combustible, mantuvo hasta hace poco el precio del galón fijo para todos en 3.25; el que no aumentó los impuestos, ni se destituyeron funcionarios.

Habrían muchas más realizaciones que relatar, al igual que cosas pendientes.

Es cierto, hay desigualdad e inequitativa distribución de la renta, también se han cometido errores y debilidades, nada es perfecto, queda mucho por hacer y transformar: rediseñar el aparato público para adaptarlo a la cuarta revolución industrial y avanzar en lo que hemos definido como el camino que debe llevarnos paulatinamente a «derribar la sexta frontera: la de la pobreza y la desigualdad» ampliando las oportunidades para todos en el seno de la sociedad, para alcanzar el ESTADO de BIENESTAR.

Gobernar no es cosa fácil, con instituciones diseñadas para una época que ya pasó, y menos en estos tiempos de fragmentación y de «sociedades líquidas» (Bauman), pero avanzamos, superamos inéditas dificultades y desafíos.

La verdad sea dicha, a la Admón. Cortizo no se le podrá comparar con ninguna otra anterior porque a ninguna le tocó enfrentar «la TORMENTA DE TORMENTAS (Pandemia – guerra – cambio climático a la vez!).

Dios bendiga a Panamá.

Benjamín Colamarco Patiño

04 de mayo de 2024

PARA EL EQUIPO

Parafraseando al Comandante-poeta Tomás Borge, gran amigo de Panamá y de los Torrijistas, me atrevería a decir que debemos cuidarnos de perder la humildad.

Decía Borge: «La pérdida de la humildad arrastra dos vicios: la ostentación y la soberbia». Estos pecados hacen mucho daño a un movimiento, a un gobierno.

La ostentación trae el mal ejemplo, la desconfianza, el derroche…

La soberbia vuelve ciegos y sordos a los dirigentes a cualquier nivel, no atienden a los sectores sociales, ni a las estructuras comunitarias, de ellas se separan.

Pero lo peor es que nubla la mente, impide el entendimiento, desprecia el estudio, la preparación,  cultiva la vanidad.

La soberbia impide la discusión y el debate, hace que se den las cosas por descontadas.

La soberbia no nos deja comunicar, ni informar, ni orientar adecuadamente. Hace que el sujeto social sea un elemento aislado de las razones y propósitos del servicio, obra, o programa, de su utilidad y del por qué,  para qué y a quiénes les sirve.

Las advertencias de la necesidad de corregir el rumbo, son desoídas…

Las alertas de las amenazas del adversario son desestimadas o subestimadas.

La pérdida de la humildad sería letal para nuestro Gobierno en esta coyuntura crítica por la que atravesamos, y los desafíos que tenemos frente a nosotros.

Sería un buen ejercicio interno, explorar y analizar autocríticamente, nuestro actuar a la luz de los acontecimientos, de nuestro contexto y límites, y de las demandas ciudadanas, sin caer en el derrotismo, ni en la autoflagelación, ni en la autocomplacencia.

Se trataría de un análisis introspectivo, constructivo y motivador, de corrección y relanzamiento dinámico, pensando en el lapso de tiempo de nuestro accionar para los meses que nos quedan por delante como Gobierno.

Con respeto y aprecio.

Benjamín Colamarco Patiño

Panamá, 01 de enero de 2024

UNA REFLEXIÓN OPORTUNA A LOS COMPAÑEROS

Respetados y apreciados compañeros (as):

Parafraseando al Comandante-poeta Tomás Borge, gran amigo de Panamá y de los Torrijistas, me atrevería a decir que debemos cuidarnos de perder la humildad.

Decía Borge: «La pérdida de la humildad arrastra dos vicios: la ostentación y la soberbia». Estos pecados hacen mucho daño a un movimiento, a un gobierno.

La ostentación trae el mal ejemplo, la desconfianza, el derroche…

La soberbia vuelve ciegos y sordos a los dirigentes a cualquier nivel, no atienden a los sectores sociales, ni a las estructuras comunitarias, de ellas se separan.

Pero lo peor es que nubla la mente, impide el entendimiento, desprecia el estudio, la preparación,  cultiva la vanidad.

La soberbia impide la discusión y el debate, hace que se den las cosas por descontadas.

La soberbia no nos deja comunicar, ni informar, ni orientar adecuadamente. Hace que el sujeto social sea un elemento aislado de las razones y propósitos del servicio, obra, o programa, de su utilidad y del por qué,  para qué y a quiénes les sirve.

Las advertencias de la necesidad de corregir el rumbo, son desoídas…

Las alertas de las amenazas del adversario son desestimadas o subestimadas.

La pérdida de la humildad sería letal para nuestro Gobierno en esta coyuntura crítica por la que atravesamos, y los desafíos que tenemos frente a nosotros.

Sería un buen ejercicio interno, explorar y analizar autocríticamente, nuestro actuar a la luz de los acontecimientos, de nuestro contexto y límites, y de las demandas ciudadanas, sin caer en el derrotismo, ni en la autoflagelación, ni en la autocomplacencia.

Se trataría de un análisis introspectivo, constructivo y motivador, de corrección y relanzamiento dinámico, pensando en el lapso de tiempo de nuestro accionar para los 6 meses que nos quedan por delante de esta etapa de gobierno.

Con respeto y aprecio.

Benjamín Colamarco Patiño

Secretario Ejecutivo de Seguimiento de la Presidencia de la República

Panamá, 01 de enero de 2024