La Ingeniería Civil y su compromiso con la Comunidad

CONGRESO DE INGENIERÍA CIVIL:

Tengo el honor de presentarme ante ustedes a nombre del Excelentísimo Señor, Martín Torrijos,  Presidente de la República,  quien ha tenido a bien designarnos para que les dirijamos las palabras de inauguración del Décimo Congreso de Ingeniería Civil, el cual se propone abordar el compromiso de la ingeniería civil con la comunidad, además de destacar la memoria del insigne Ingeniero ALBERTO DE SAINT MALO.

Quiero que sepan que cumplo el encargo del Señor Presidente con especial agrado porque durante el tiempo que tengo de estar al frente del Ministerio de Obras Públicas he tenido la oportunidad de disfrutar del trabajo en compañía de talentosos y dedicados ingenieros e ingenieras civiles que colaboran con la misión del MOP. También me es particularmente grata esta designación por tratarse de un evento del más alto nivel profesional que se propone ofrecer “soluciones técnicas a los diferentes problemas que confrontan nuestras comunidades con atención especial en los temas de transporte, comunicación y ambiente”. Estos temas son objeto del mayor interés del señor Presidente de la República y de su programa de gobierno.

El Presidente Martín Torrijos, ha plasmado su compromiso con la comunidad nacional en un programa de gobierno que se organiza en 4 grandes ejes que son: desarrollo humano sostenible; desarrollo económico con rostro humano; desarrollo de los servicios básicos e infraestructura y la reforma del Estado.

Estos ejes se intersectan recíprocamente precisamente al buscar  expresión real en las comunidades. Cuando nos habla de desarrollo humano sostenible se refiere a la incorporación de las comunidades organizadas, a la batalla para derrotar la pobreza en todo el territorio nacional y, en particular, en las zonas indígenas que es donde se concentra la pobreza extrema. Más aún,  aspiramos a que esto tenga lugar en un país cuyo ambiente sea saludable y sostenible y en el que predomine el manejo adecuado de los recursos naturales y el entorno humano con participación de las comunidades  y, en especial, de los gobiernos locales.

Su compromiso con el desarrollo económico con rostro humano se refiere a edificar un país competente y competitivo, se refiere también a la necesidad de contar con servicios básicos e infraestructura moderna al servicio de la gente: agua para todos, vivienda para los que no tienen y transporte público eficiente. Alude directamente a la necesidad de contar con una red vial nacional en buenas condiciones, con calles rehabilitadas en todo el país, sin descuidar los caminos de producción.

Evidentemente, todos estos propósitos y sus trayectorias de acción para alcanzarlos confluyen en las comunidades. Es a estas donde apunta el programa de nuestro gobierno.  Así pues, la solución a los problemas de las comunidades, con la participación de ellas mismas,  es el objeto esmero de nuestro gobierno y de los mayores desvelos del Señor Presidente de la Republica.

Para todos resulta afortunado que este magno Congreso de Ingeniería Civil de Panamá centre sus esfuerzos de reflexión y trabajo en “reafirmar el papel que desempeña el ingeniero civil en la búsqueda de las soluciones a los problemas nacionales que afectan a nuestras comunidades en los campos del transporte y medio ambiente. Los problemas de las comunidades constituyen lugar común tanto del Colegio de Ingenieros Civiles, de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos como del Señor Presidente de la República y nuestro gobierno. En tal sentido, generar soluciones técnicas es un propósito que nos une en estos momentos cruciales para el futuro de Panamá.

El Señor Presidente ha dicho que todos somos parte del mismo equipo, somos: “el equipo de Panamá”, y que nuestra responsabilidad principal es  ganarle la batalla a la pobreza, abriendo caminos, extendiendo las redes viales, llevando vivienda y  agua a todos cuantos podamos, actuando siempre con respeto por la naturaleza y  estableciendo una nueva relación con ella.  Se trata, en fin de cuentas, de trabajar juntos para “devolverle la esperanza” a los panameños.

Ustedes,  ingenieros e ingenieras civiles de Panamá,  son poseedores de un saber y una tecnología milenaria. Desde  el inicio de la civilización, la ingeniería ha estado ligada al progreso humano. En todas las épocas, han impulsado avances en las tecnologías de construcción y han estado ligados a las  pequeñas como a las  grandes obras de desarrollo y transformación del espacio urbano.  Junto a los arquitectos, son poseedores de una capacidad de idear, crear  y llevar a la realidad lo que nunca ha existido, aportando enfoque y soluciones técnicas innovadoras a los problemas del territorio y la geografía.  En fin, han estado y seguirán íntimamente ligados a la construcción de nuestro futuro como nación.

El futuro es un camino por construir

Con frecuencia el futuro es concebido simplemente como lo que viene después del presente, es decir, como continuidad segura. Pero yo creo que el futuro es también aquello que es diferente a presente y que se encuentra aún abierto a que se le diseñe y construya. Por eso sostengo que el futuro se construye. No sólo es factible conocerlo inteligentemente, sino que también es posible construirlo estratégicamente. El futuro es un camino por construir.   Desde esta perspectiva, el futuro de Panamá dependerá de lo que hagamos los panameños  en el camino para llegar a él, esfuerzo que, por cierto, no está exento de incertidumbres y riesgos.

Señoras y señores:

Ustedes coincidirán conmigo que vivimos tiempos de cambios y oportunidades.

Estamos, como bien ha dicho el Señor Presidente de la República, ante un reto formidable porque “el mundo ha cambiado y el Canal de Panamá también debe cambiar”, para que pueda seguir siendo eficiente, competitivo y rentable.  Después de casi un siglo de su construcción, nos encontramos ante esta disyuntiva: o lo ampliamos para que genere mayores beneficios para todos los panameños, o nos conformamos… “con el canal que tenemos” y la inexorable realidad de que a partir del año 2009, empecemos a observar rendimientos decrecientes en el canal.

Los Tratados Torrijos – Carter nos dieron la posibilidad de culminar el siglo XX en posesión de un Canal Interoceánico enteramente panameño y, en virtud de ellos, entramos al siglo XXI en posesión de un recurso estratégico mundial.  Durante 27 años hemos enfrentado  el desafío de administrarlo y dirigirlo  y lo hicimos bien y mejor.  Ahora, nuestro deber es hacer frente al desafío de ampliar su capacidad y prolongar su vida útil. El nuevo compromiso es comenzar el siglo XXI con un Canal moderno, competitivo y  al servicio de nuestro pueblo y también del mundo y que nos permita avanzar hacia un desarrollo nacional con carácter social.

No se trata solo del futuro del Canal por vía de su ampliación, hablamos de la oportunidad de definir y decidir el futuro de nuestros hijos y de las próximas generaciones de panameños. Ellos son los beneficiarios principales de este gran proyecto. Es la oportunidad que tenemos para construir y organizar nuestro futuro, para dar un salto hacia mejores días, para comenzar a salir de la pobreza y también para construir sueños… y de hacerlo con el concurso de todos.

Nosotros en el Ministerio de Obras Públicas también nos consideramos constructores de futuro, porque cada nuevo camino que terminamos y cada puente que edificamos, despeja barreras geográficas y culturales, abre  horizontes e integra comunidades;  cada montaña que atraviesan nuestros tractores con el debido respeto por la naturaleza y el ambiente, contribuye a la vida de nuestro pueblo y por ende a la de nuestro planeta; asimismo,  cada nuevo segmento que se agrega a la red vial existente y cada tramo que reparamos, reduce costos y tiempos de traslado de personas y productos, mejora  la calidad de vida de la gente. Con decisión y esmero, estamos construyendo sueños y esperanzas.

Ustedes también son constructores de futuro, y esto lo hacen participando con liderazgo en la conducción de sus empresas, aportando sus saberes desde posiciones públicas  y privadas, contribuyendo a la adopción de decisiones acertadas, contribuyendo a animar la innovación desde las empresas y desde las cátedras.  Ya lo ha expresado el Señor Presidente de la República Martín Torrijos, estamos dispuestos a trabajar con ustedes como integrantes del equipo de Panamá cuya tarea más urgente es ganarle la batalla a la pobreza y hacer que triunfe la esperanza.

¡Que nadie frene la esperanza de ampliar las oportunidades para todos!

Tengo la seguridad que en este X Congreso de Ingeniería Civil que organiza el Colegio de Ingenieros Civiles de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos, se aportarán soluciones técnicas a los problemas que confrontan nuestras comunidades en materia de transporte y ambiente y que se renovarán los compromisos sociales de los ingenieros e ingenieras civiles de Panamá con nuestro pueblo,  teniendo la amplitud de miras que los caracteriza.

En nombre del Excelentísimo Señor Presidente Martín Torrijos, declaro inaugurado este Décimo Congreso de Ingeniería Civil de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos.

Muchas gracias.

Dr. Benjamín Colamarco Patiño

Ministro de Obras Públicas

Panamá, 14 de agosto de 2006

Palabras durante el debate en el Consejo de Gabinete sobre la Ampliación del Canal de Panamá

Señor  Presidente:

Quiero llevar al criterio de ustedes, colegas miembros del Consejo de Gabinete, en este momento  histórico de nuestra patria, una reflexión  que contextualiza y enmarca,  desde nuestra perspectiva, una posición  coherente  con la transformación que,  en  función del Proyecto  de País que el Gobierno  Lidera y construye, bajo  la conducción del  Presidente Torrijos, nos corresponde asumir con alto sentido  patriótico, disciplina, responsabilidad  y visión de futuro.

Durante casi 100 años nuestro país se debatió  en la contradicción  entre Estado y Colonia.

La lucha generacional de nuestro pueblo y el liderazgo del General Torrijos nos permitió recuperar nuestra plena integridad soberana y la incorporación  a los bienes patrimoniales de la Nación del instrumento que posibilita la explotación de nuestro principal  recurso geográfico: El Canal de Panamá.

El Comandante Torrijos dijo en su momento, cito: “yo no quiero entrar  en la historia, quiero entrar a la Zona del Canal” entró en ambas y culminó  una etapa, con sus circunstancias.

Hoy, en otra época, corresponde a nuestro Gobierno, presentarle a la sociedad el proyecto de ampliación que ha de garantizar que todos los panameños entremos  a formar  parte  de la gran decisión  de este nuevo siglo,  para tener un canal moderno, un canal eficiente, un canal amplio, un canal rentable, un canal competitivo, un canal panameño,  de panameños para panameños, con proyección e impacto mundial, cuyos beneficios  se incorporen al desarrollo económico y social del país y coadyuven a elevar y mejorar las condiciones y calidad de vida de las panameñas y panameños a través  de políticas de equidad y justicia social, en procura del desarrollo humano sostenible.

Asumamos  hoy la  trascendencia  de este acto,  recordando a Omar y a los mártires de la Patria, quienes  ofrendaron  sus vidas  para que  en este nuevo contexto histórico, tengamos por primera vez, en nuestras  manos, la decisión  soberana de organizar nuestro futuro: El futuro de la Patria.

Tengamos conciencia de ello; el referéndum sobre la ampliación del Canal a través de un tercer juego de esclusas, habiendo informado cabalmente a nuestro pueblo, con  transparencia, es la mejor manera  de organizar el futuro.

Hoy, Señor Presidente,  lo digo con la mayor sinceridad, usted se enaltece como Estadista, tomando decisiones pensando en las presentes y futuras generaciones.

Que Dios nos ilumine y guíe a nuestra Patria

Benjamín Colamarco Patiño

Ministro de Estado

Panamá, 26 de junio de 2006.

Ordenamiento Salarial: Urgente necesidad en el sector público panameño

La desactualización en que ha ido cayendo el Sistema de Clasificación y Retribución de Puestos que rige para la Administración Pública panameña, ha propiciado que desde hace más de quince años, las remuneraciones de los servidores públicos no obedezcan a criterios técnicos, ni uniformes: se ha dejado de cumplir el precepto constitucional que señala que a trabajo igual, en idénticas condiciones, corresponde siempre, igual salario o sueldo.

Todo lo anterior, sumado a la arbitraria “suspensión” de los efectos de la Carrera Administrativa durante la Administración Moscoso, generó entre los servidores públicos, una enorme desmotivación, descontentos e incertidumbres.

El panorama planteado  no resiste más reflexiones sobre esta problemática, antes por el contrario, requiere tomar urgentes medidas al respecto.

Somos conscientes de que una nueva Escala General de Sueldos, que lleve implícitos los conceptos de mercado de trabajo y costo de vida, como óptimo producto sería lo más deseable. Sin embargo, no podemos soslayar que la economía panameña se encuentra en una encrucijada en términos de crecimiento y sostenibilidad. El modelo que heredamos tiene problemas intrínsecos para generar un número mayor de nuevos empleos y produce un bajo nivel de ingresos fiscales.

No obstante, creemos oportuno estimular una iniciativa, a fin de que se elabore un Anteproyecto de Ley, por medio del cual se dicten disposiciones sobre clasificación y retribución de puestos para la Administración Pública y otras medidas de carácter general, que propugnen por un ordenamiento en la administración de salarios en el Sector Estatal. Esta sería una loable iniciativa y marcaría el inicio en esta ardua, delicada y necesaria labor, pudiéndose señalar la importancia del mismo en los siguientes puntos:

  1. Poner orden en la administración de salarios, iniciándose con la fijación de salarios bases para todos los puestos (clases ocupacionales) del Sector Público, no cubiertos por los regímenes de salarios legalmente vigentes, los cuales han de ser respetados.
  1. Regularizar la administración de salarios en cuanto a normas y procedimientos para:
  • Fijación del salario a las personas que ingresan por primera vez al servicio público.
  • Determinación del salario para los casos de ascensos, aumentos y permutas.

Si bien es cierto que la gran mayoría de los funcionarios públicos se encuentran mal retribuidos, no deja de ser menos cierto que dentro de este grupo, existen muchos en más difíciles condiciones salariales que otros. Y es aquí, donde toma importancia el hecho de que, pese a las dificultades heredadas,  un ordenamiento en los salarios de los servidores públicos  sería el inicio de un proceso de justicia salarial y un gran aporte al adecentamiento en la administración de las remuneraciones en el Sector Público.

El Gobierno del Presidente Torrijos ha propuesto un Proyecto Nacional, novedoso tanto en lo social como en lo económico, con el Desarrollo Humano Sostenible como eje cardinal, promoviendo a mediano plazo una economía que tenga la capacidad de generar crecimiento, empleo y mejorar la distribución del ingreso. Esto requiere la transformación del aparato gubernamental, racionalizándolo y haciéndolo más eficaz y moderno.  Consecuentemente, tenemos la necesidad de asumir una posición responsable en materia de gestión del recurso humano y en las acciones de política salarial presentes y futuras.

Esta determinación conlleva la profesionalización de la función pública y la salvaguarda de los más sanos intereses de la mayoría de los Servidores del Estado con amplia experiencia, que desempeñan sus funciones con eficiencia, lealtad y honestidad. En este orden de ideas,  la necesidad de lograr un ordenamiento salarial y la aplicación próximamente en nuestro país de la Carrera Administrativa, como instrumento de justicia, enmarcada dentro de los preceptos Constitucionales, que garantice la estabilidad en base a méritos y probidad del funcionario público y coadyuve a lograr mayor eficiencia, orden, disciplina, profesionalismo y productividad en la Administración Pública panameña, debe ser un objetivo nacional.

Benjamin Colamarco

26 de octubre de 2005