política

¿Han Desaparecido las Utopías?

«LA DIMENSIÓN POLÍTICA DEL DESARROLLO»

En nuestra región, continuamos inmersos en una profunda, generalizada y continuada crisis, cuyos orígenes son comunes, aunque con las particularidades inherentes a la realidad e idiosincrasia de cada país. Esta crisis es sistémica e integral y se expresa en las dimensiones éticas, políticas, sociales, culturales y económicas. Sus efectos son devastadores por cuanto afecta material y moralmente a la sociedad en su conjunto y a las personas en lo particular y su reflejo más palpable se evidencia en la inequitativa distribución de la renta, con su secuela de marginalidad, exclusión social y discriminación.

Por otro lado, pareciera constatarse la desaparición de las “utopías”, por la ausencia de valores y objetivos superiores hacia el bien común. Pensamientos y propuestas aglutinadoras, con dirigentes que se destacan por sus conocimientos, coherencia y capacidades, han sido sustituidos por el oportunismo, el exacerbado espíritu de lucro, el pragmatismo mesiánico y  por la manipulación de mentes y voluntades.

Esto nos ha llevado a desdibujar la política entendida como ciencia de gobernar sobre espacios públicos comunes, o “dirección de la colectividad” desde la concepción de arte de lo posible, hasta lo que vemos hoy como degeneración de la verdadera esencia de la política, transformada en una especie de medio para el provecho personal o de los poderes fácticos, dentro de un pragmatismo desmesurado lejos del servicio, la moderación y el bien común.

La consecuencia ha sido la atomización social, el individualismo y la preeminencia de intereses de parte, elitistas, por sobre la colectividad, con un reflejo en la pérdida de identidad de los Partidos Políticos y el debilitamiento de las instituciones democráticas. Factores perniciosos como el centralismo, la concentración de poder, el “burocratismo” y la falta de visión estratégica de futuro, impulsan hacia la desestructuración de la sociedad, ya debilitada por la falta de formación política y la exclusión. Hay un vacío de pensamiento que conlleva un vacío de propuestas.

Debemos propiciar la construcción de un orden nuevo, un nuevo pacto social, para una nueva sociedad, recuperando la centralidad del ser humano, la centralidad de lo social y del bien común, por sobre la centralidad del mercado. De ahí el eje cardinal del Desarrollo Humano, Integral, Incluyente, Participativo y Sostenible, que conjugue derechos, deberes y necesidades.

La regeneración democrática debe traducirse en el concepto de Estado Social Democrático de Derecho, con una profunda reforma del Estado, con mayor participación de los sectores sociales organizados y de las comunidades, en las decisiones que los afectan, con eficiencia social, regulación del mercado y políticas públicas construidas colectivamente.

Los conceptos de profesionalización de la función pública, reforma de los modelos de gestión y desarrollo deben superar las hegemonías dominantes que han caracterizado el estado actual de las cosas. Todo esto pasa necesariamente por el rediseño del aparato público, para ajustarlo a las reales demandas y atención de las necesidades de una sociedad que requiere de instituciones y procesos transparentes, efectivos y eficientes, que faciliten las actividades de producción, comercialización, generación de empleo y el acceso expedito a servicios públicos de calidad, utilizando también plataformas tecnológicas integradas, abiertas y colaborativas.

El BIEN COMÚN constituye un aspecto sustantivo y determinante en el enfoque general, conjugando elementos que tienden a la preservación de la justicia y la equidad, a la dignidad del trabajo (transformador, creador, espiritual, material), con la protección del ambiente, en una sociedad en plena revolución del conocimiento y de la información, que debe desde ese concepto fundamental del bien común y su DIMENSIÓN ÉTICA, mejorar las condiciones y la calidad de vida del conjunto de la sociedad, pero sobre todo de los estratos más débiles.

Pero también hay que propiciar la formación política, desde la escuela, la universidad, desde los Partidos; desde el núcleo básico de la familia, de manera integral, social y democrática, generando conciencia política desde una concepción amplia. No podemos dejar de mencionar la necesidad de que los Partidos, que son consustanciales a la vida democrática, al igual que otras organizaciones y movimientos, recuperen su identidad y base ideológica, que les den direccionalidad. Principios, valores, análisis crítico, programa y referencias doctrinarias claras deben ser sus elementos aglutinadores, que superen el clientelismo y el egocentrismo.

Finalmente, la necesidad de fortalecer la Democracia, debe ir aparejada a la integración Latinoamericana (anfictionía), reconociendo las asimetrías existentes en la región, pero apuntalando el esfuerzo en la identidad cultural y en los intereses comunes. Aunque bajo circunstancias y características geo-políticas diversas, el ejemplo de la Unión Europea puede ser un modelo, recordando el informe Cecchini, partiendo de la pregunta ¿Cuánto perdemos por no estar integrados?

COMENTARIOS COMPLEMENTARIOS

¿Sobre qué se fundamenta la recuperación de la dimensión política del desarrollo?

La tesis integradora debe ser la de la construcción de formas más amplias de interactuación democrática dentro de un Estado Social Democrático de Derecho, que perfeccione ordenadamente las posibilidades de participación y de representación, para lo cual, los movimientos y Partidos Políticos deben en primer lugar reivindicar su verdadera misión desde una visión programática, como interlocutores válidos de diversos estratos sociales, pero también les compete ejercer el papel de propiciadores del avenimiento en la dirección de la complementariedad de los conceptos de Democracia Social, Democracia Representativa y Democracia Participativa.

¿La sociedad debe intervenir en los asuntos internos de los partidos?

El funcionamiento y proyección de los Partidos Políticos, aunque obviamente deben contar con los más amplios consensos sociales, demandan en primera instancia un proceso interno a los propios partidos, de autocrítica (que NO “autoflagelación”) y debate sobre la recuperación de la dimensión ética de la acción política y el rescate de su identidad ideológica.

¿Cómo enfrentar el clientelismo?

Sobre el financiamiento de la actividad política, su solución desde mi concepto, debe partir de la total prohibición de aportes privados a las campañas políticas (salvo las cuotas establecidas en los Estatutos, de los inscritos en los partidos, con los topes debidos), lo que conlleva sólo el financiamiento estatal con sus respectivas regulaciones. Esto propiciaría la erradicación del clientelismo, más transparencia y fiscalización, más independencia y la recuperación del debate político y la elaboración de visiones programáticas más coherentes y profundas.

¿Estamos atravesando una crisis? ¿Cuáles son sus consecuencias?

La sociedad panameña al igual que otras en Latinoamérica, sufre las consecuencias de la crisis sistémica que se ha desarrollado durante los últimos años. Esto se expresa en una profunda desestructuración del entramado social y en la carencia de objetivos superiores. El clientelismo, la corrupción, el oportunismo, el inmediatismo, el individualismo pragmático, ha prevalecido en nuestro país, con el agravante de una deteriorada cultura política y la más rampante desideologización de los partidos políticos. La búsqueda constante del bien común y de la construcción de una sociedad ideal, de una mejor sociedad: materialmente más equitativa, políticamente más democrática y socialmente más justa, se ha puesto en entredicho por la falta de un sistema de valores fundamentales que le den viabilidad a un Estado Social y Democrático de Derecho.

Panamá, 5 de mayo de 2016

Benjamín Colamarco Patiño

 

“La Segunda Internacional y el 1 de mayo»

Durante los debates de la Segunda Internacional, celebrada en París en julio de 1889, los Socialdemócratas, Socialistas y Laboristas, unidos en procura de objetivos comunes, a partir de la tesis de que la cuestión social era absolutamente inseparable de la política, y su solución estaba determinada y solamente sería posible en un Estado Democrático, en que la libertad política y la lucha por las reivindicaciones de los trabajadores eran condiciones básicas para lograr avance y mejoramiento social, dadas las paupérrimas circunstancias de esa época, analizaron la situación por la que atravesaba la clase obrera y los antecedentes de huelgas de trabajadores en varios países.

Luego de profundas deliberaciones, aprobaron declarar el 1 de mayo como “día internacional de los Trabajadores en el Mundo”, en homenaje a los Mártires Trabajadores de Chicago y la lucha emprendida para lograr mejores condiciones en el trabajo y jornadas laborales de 8 horas.

Los Perredeistas en Panamá, miembros de la Internacional desde 1980, deberíamos ser consecuentes herederos de nuestros antecesores ideológicos miembros de la Segunda Internacional, socialistas reformistas y moderados, capaces de construir plataformas políticas amplias, conscientes de que la dialéctica expande horizontes y de que nuestro enfoque hoy debe partir del objetivo básico de crear un ambiente que, mejorando las potencialidades y capacidades de la producción en los sectores: agrícola, agro-industrial; industrial; del cooperativismo; de los servicios; del comercio; del transporte, etc.,  se instaure también una estructura propicia para que los seres humanos disfruten de una vida prolongada, saludable, digna, productiva, creativa, recreativa, elevando a la vez los niveles culturales, ampliando las oportunidades para las personas, quienes así mismo han de ser los mayores protagonistas y beneficiarios del desarrollo.

1 de mayo de 2016

Benjamín Colamarco Patiño

Fundamentos para un nuevo pacto político

Los resultados de las elecciones de mayo de 2014, colocaron al PRD ante una derrota sin precedentes lo que obligó de forma responsable a algunos grupos, dirigentes históricos y corrientes vigentes dentro del colectivo, a iniciar procesos de debate, construcción de acuerdos y acciones, que coincidiesen en el propósito de viabilizar la regeneración revolucionaria y democrática del Partido, el realineamiento con los principios, doctrina y prácticas que le dieron origen y sustento, de cara a generar una propuesta renovada y conducente a la reconquista de la confianza de las mayorías nacionales, en un contexto diferente.

Surge así hace más de un año, la COORDINADORA NACIONAL PRO RESCATE TORRIJISTA del PRD, como plataforma colaborativa y mesa de debate horizontal y propositiva, facilitadora de convergencias de diversas agrupaciones de copartidarios, que bajo el criterio de respeto a la autonomía, independencia e identidad de cada corriente, promoviera la dimensión ética de la acción política, la reestructuración de la dirección del Partido, la recuperación de un discurso político coherente y la reivindicación e innovación de nuestra visión ideológico-programática (Torrijista y Socialdemócrata).

En el marco de este esfuerzo de coincidencias y motivados por la realidad que vive el PRD y sus perspectivas, luego de la reunión del Directorio Nacional el pasado 12 de julio, hemos convenido lo siguiente:

  1. Propiciar acuerdos amplios que permitan organizar el X Congreso Nacional Ordinario del PRD, de forma diferente, revestido de contenidos cualitativos, reivindicando los valores, métodos y principios fundamentales del Torrijismo.
  2. Esto no se logrará si prevalecen los mismos intereses, manipulaciones, métodos y ambiciones de parte, que dieron como resultado la derrota en las elecciones generales para la Presidencia de la República de mayo de 2014.
  3. El actual CEN no debe ser obstáculo y dar paso a una nueva expresión directiva que propicie la concertación de ideas, la unidad basada en nuestra doctrina y el debate creativo en la construcción de una nueva visión de país de todos, reconectados con las aspiraciones sociales.
  4. Apelamos a la conciencia de aquellos que ocupan cargos de elección popular y/o aspiren a ser candidatos en las elecciones generales, a que depongan su interés de ocupar cargos de dirección ejecutiva en las estructuras orgánicas del Partido (se entiende por cargos de dirección ejecutiva del Partido: CEN; Presidentes y Directivos de Área de Organización; Presidentes y Directivos de Distrito; Presidentes y Directivos de Corregimiento), para no repetir errores que nos condujeron a situaciones de crisis y estancamiento político, como las experimentadas en el quinquenio pasado.
  5. Promover a lo interno de la militancia del Partido, la conveniencia de construirle viabilidad política a un acuerdo para un CEN de unidad, de consenso, representativo, que nos libre de las situaciones desgastantes y del clientelismo que dieron al traste con las opciones del Partido ante la sociedad.
  6. Recuperar la formación política, ideológica y en capacidad de gobierno a lo interno del Partido, re-estructurando el sistema permanente de formación, e institucionalizando la obligación de todos y cada uno de los miembros del Partido, a cursar sus módulos, ya sean presenciales o virtuales.

Desde esta puntualización, debemos impulsar hacia el X Congreso:

  • Una Dirección Superior transparente y accesible: que las acciones de los responsables sean conocidas y explicadas oportunamente, con acceso a información comprensible; obtener de ellos indicaciones que faciliten la militancia y el trabajo de las diversas instancias partidarias hasta la base.
  • Una Dirección Superior responsable y que rinda cuentas por sus acciones y omisiones en forma sistemática y pública.
  • Una Dirección Superior sensible y receptiva a las posibilidades de consulta, participación e interacción permanente con las estructuras sectoriales y territoriales, con los miembros y sus expectativas políticas.
  • Un CEN con visión estratégica amplia, capacidad de organización, experiencia; analítico, orientador, docente, con claridad ideológica y programática, con capacidad de recuperar una precisa identidad partidaria, imbuido de valores de representación, participación, delegación, inclusión y conciliación.

Su esfuerzo en equipo, debe promover:

  • Mayor legitimidad democrática, con una más amplia interacción funcional horizontal entre las estructuras de Dirección e intermedias y las bases partidarias.
  • Fortalecimiento de un nuevo Pacto Político interno, utilizando el debate respetuoso como método propio del Torrijismo, favoreciendo el consenso, que las decisiones puedan consultarse sistemáticamente con todas las instancias orgánicas (organizadamente), con delegación descentralizada hacia las Áreas de Organización; mejorarse en su proyecto y compartirse en su ejecución, con claros beneficios para su efectividad y la convivencia interna.
  • Desarrollo de la institucionalidad.
  • Fortalecimiento de la democracia interna y de la representatividad.
  • Impulsar políticas de transparencia y fiscalización.
  • Reposicionar nuestra ideología y visión programática como eje articulador de propósitos comunes.

Para dar continuidad a este proceso, la Coordinación iniciará los contactos que sean necesarios  para lograr la  adhesión a esta propuesta amplia e integradora, convocará una gran “asamblea de corrientes Torrijistas” para validar los contenidos del NUEVO PACTO POLITICO INTERNO y designará por consenso una comisión de garantes.

COORDINADORA NACIONAL PRO RESCATE TORRIJISTA DEL PRD

Panamá, 8 de agosto de 2015

BCP/