Por: Benjamín Colamarco Patiño
La prestigiosa revista especializada “The Economist”, en su edición del 14 de julio de 2011, publica un interesante artículo dedicado a la economía panameña, bajo el sugestivo título: “La economía de más rápido crecimiento apunta alto, pero primero necesita un Gobierno tan impresionante como su economía”.
El artículo destaca que la economía panameña ha estado en franca expansión desde el año 2005, con un promedio de crecimiento anual, a partir de ese año, superior al 8%. “Sin lugar a dudas es la economía de más rápido y sostenido crecimiento de América Latina”.
Tal indicación, no es producto de la casualidad, se deriva de una política económica que formó parte integral del programa de la Administración Torrijos, que se fundamentó en la disciplina fiscal y la estabilización macroeconómica. Con determinación se inició el proceso de saneamiento de las finanzas públicas para lograr un entorno estable.
Se establecieron mecanismos de monitoreo para controlar, en lo posible, las oscilaciones del ciclo económico, a la vez que se influyó en la asignación de recursos para mejorar la eficiencia económica, a la par que se establecieron programas que influían en la distribución de la renta.
Se logró así un rápido crecimiento y bajo desempleo, con disponibilidad de ahorro corriente para financiar la inversión social y el desarrollo de la infraestructura nacional.
Pese a la recensión mundial de 2008 y 2009, Panamá quedó mejor posicionado que la mayoría de las naciones Latinoamericanas, con un pico de crecimiento en el 2007 del 11.2% y, aunque aún con un nivel inadecuado con relación a la distribución de la renta, el índice de Gini, mostró una disminución de 7 puntos, es decir, mejoró de 0.58 en 2003, a 0.51 en 2008.
La decisión popular de iniciar la ampliación del Canal de Panamá en 2006 y la expansión portuaria, con los negocios marítimos y el fortalecimiento del centro bancario de Panamá, conjuntamente con el crecimiento de la Zona Libre de Colón, el Área Económica Especial Panamá – Pacífico y la acumulación de capital en forma de infraestructura, desde entonces (2005), impulsan el crecimiento.
El articulista de The Economist en su publicación del 14 de julio de 2011, expresa dudas sobre el Estado de Derecho y la corrupción en Panamá y plantea además, las grandes deficiencias en la educación panameña, lo que representa un lastre para las perspectivas futuras del Istmo, en un mundo cada vez más competitivo, en donde el acceso al conocimiento y a las nuevas tecnologías, señalan el camino.
La inequidad y la persistente mala distribución del ingreso, conjuntamente con las “ambiciones reeleccionistas y los particulares intereses de Ricardo Martinelli”, marcan otras aprensiones.
Son preocupantes, en adición, los indicadores que presagian la entrada de Panamá en el circulo pernicioso: déficit – deuda.
Temen que la Autoridad del Canal, sea presa de los apetitos “politiqueros” del Gobierno y transformarse en la “caja menuda” o “caja rápida” de la gestión Martinelli (“Short-term cash-cow”).
Sostienen los redactores del artículo de The Economist que: “Panamá corre el riesgo de convertirse en el próximo México, antes que en el próximo Singapore”.
Panamá, 17 de julio de 2011.